Los emprendedores son personas extremadamente recursivas y resilientes, entonces seguramente se las arreglarían para seguir manteniendo a flote su negocio; los inversionistas gastarían, guardarían o encontrarían otro destino para su capital…Parece que, si estos dos actores no se encuentran, no pasa nada; es decir, el que se encuentren parece irrelevante, podría decirse que no se necesitan el uno al otro.
Pero, ¿qué pasa cuando sí se encuentran? Se da una explosión de creatividad, crecimiento y bienestar. Juntos son capaces de desarrollar cosas que de otra manera serían imposibles o tardarían muchos años. Son capaces de crecer las compañías generando empleos, muchas veces altamente calificados. Son capaces de servir a miles, sino a millones de clientes, y hacen que las vidas sean mejores. Además, cuando se da toda esta generación de valor, se da también una multiplicación del capital mismo (dinero, capacidades o infraestructura); y gran parte de este, se usa para encontrar, otra vez, unos nuevos emprendedores. Cuando se encuentran, inicia verdaderamente un círculo virtuoso.
En Créame y la Red de Ángeles Inversionistas llevamos 25 años (10 años en el caso de la Red), formando y ayudando, tanto a emprendedores como a inversionistas. En la Red, particularmente, hemos interactuado con casi cuatro mil emprendedores y decenas de inversionistas, lo que ha ayudado a movilizar cerca de siete millones de dólares en financiación (tres de ellos en los últimos veinte meses), justo cuando la pandemia golpeó con mayor fuerza nuestra economía.
Numerosos estudios aseguran que, por cada peso invertido en emprendimiento, el ecosistema y la misma economía generan otros siete pesos. Usando esta fórmula podemos decidir que, sólo a través de la Red, Créame ha generado cerca de cincuenta millones de dólares a la economía; sin dejar de lado el inmenso valor (difícil de cuantificar), que representa la formación, el conocimiento y el relacionamiento estratégico.
La importancia de ayudar a que emprendedores e inversionistas se encuentren, no radica en las consecuencias negativas de que no lo hagan, sino en el inmenso valor transformador que se genera cuando sí lo hacen. En Créame y la Red de Ángeles Inversionistas, es nuestro propósito que lo hagan, es lo que disfrutamos hacer cada día.