Los avances en la tecnología y una visión más global han llevado a los empresarios, cada vez en mayor número, a querer traspasar fronteras con sus productos y servicios llegando a otros territorios, logrando reconocimiento y posicionamiento a nivel internacional.
A pesar de considerarse la internacionalización como algo necesario para las empresas sigue siendo complicado, arriesgado y a lo que se tiene temor. La entrada a un país o a un nuevo mercado, es un gran salto para las empresas que puede acarrear altos costos, altos niveles de riesgo y requerir de mucho tiempo; y todo se puede incrementar, si hay un alto grado de desconocimiento y falta de contactos claves en el nuevo mercado.
Para el caso colombiano, se identifica que “las pymes colombianas generan cerca del 70% de los puestos de trabajo a nivel nacional. Sin embargo, tan solo el 14% han exportado sus productos o servicios y solo el 24% tiene expectativas de hacerlo. Para que el país amplíe su base exportadora, es fundamental que las pymes trabajen con miras a llegar a otros mercados”.
La exportación es herramientas clave para mejorar la productividad de las empresas. De hecho, “de acuerdo con estudios del Banco Mundial, la productividad de las compañías exportadoras es entre un 6% y 13% más alta en comparación con las empresas que solamente realizan operaciones a nivel nacional. En cuanto al impacto de las exportaciones en las ventas, ProColombia, a través de un análisis estadístico, encontró que las empresas medianas exportadoras pueden vender un 41% más que aquellas que no comercializan sus productos en el exterior. Por su parte, los pequeños empresarios también se ven beneficiados por los procesos de internacionalización, según ProColombia, las pequeñas empresas exportadoras pueden tener un incremento del 33% en sus ventas”.
Con los datos anteriormente descritos, se identifica la importancia de adelantar procesos que les permita a las empresas explorar mercados internacionales; es por ello, que las empresas que buscan abrirse a un nuevo mercado requieren un trabajo previo importante que incluye conocimiento de la cultura, búsqueda de información, la comprensión de los procedimientos legales y administrativos, las prácticas empresariales, los procesos de inversión, entre otros; todos estos factores necesarios para que su inversión extranjera sea exitosa.
En Créame, por medio de alianzas estratégicas y programas de soft landing, se facilita el proceso dado que se logra identificar oportunidades, cerrar brechas de manera ágil, probar el mercado y generar relacionamiento clave para que el objetivo se alcance de manera eficaz.
No obstante, parte fundamental del proceso de soft landing consiste en que el empresario nunca esté solo, que sea siempre acompañado por personas o instituciones que lo guíen de manera adecuada, lo que ocasionaría que la inversión en recursos y el riesgo sea menor y se consigan resultados de manera más ágil.
Creemos en la internacionalización del emprendimiento como medio para tener curvas de crecimiento aceleradas, potenciar la generación de nuevos empleos y ampliar el impacto económico y social en los territorios.